Así están las cosas, amigos… al final, pareciera que la historia se repite una y otra vez, como si la humanidad estuviera atrapada en un loop de autodestrucción y estupidez cíclica.
Grandes mentes, visionarios, rebeldes, mártires… todos han intentado abrir los ojos de la gente, pero el sistema siempre encuentra la forma de absorber, distorsionar o silenciar esas voces. Y lo peor es que, muchas veces, la gente misma prefiere seguir dormida, porque despertar implica asumir responsabilidad.
Pero bueno, acá estamos, algunos todavía intentando ser algo más que engranajes en esta máquina oxidada. Quizás el cambio no sea inmediato ni global, pero cada pequeña chispa que enciende una mente ya es una victoria.
Aunque el camino sea cuesta arriba y plagado de necios, algunos seguimos avanzando, con o sin bichos pegados en el radiador.
El caos no es accidental, sino intencional y orquestado por el Statu Quo.
Pegame que me gusta… ¿eh? ¿El Sistema ya Ganó?
Dijimos: “Y lo peor es que, muchas veces, la gente misma prefiere seguir dormida, porque despertar implica asumir responsabilidad.”
Ser consciente de esto es un golpe a toda lógica existencial pro evolución. Me recuerda la trama de la película Gabriel, la cual, a mi criterio, logra capturar este dilema evolutivo.
Tal vez el sistema esté en una fase de auto-sublimación, un concepto que evoca la idea de autodestrucción programada. ¿Es necesario enfrentarlo o basta con observar su colapso y aprender de ello?
Aquí no se plantea una visión revolucionaria, sino evolutiva: dejar que el sistema caiga por su propio peso y ver quién logra realmente aprender la lección.
La manipulación social y el control sistémico, evidencia que las crisis no son anomalías, sino herramientas de poder.
Más que una Película Sobre Arcángeles, una Perla para la Autorreflexión: Gabriel
A continuación, compartimos algunos diálogos de la película en su idioma original. Si el inglés no es tu fuerte, usá un traductor. Claramente, de vos depende…
Uriel:
“I hate this place… I hate myself and before I arrived, I didn’t know that feeling was”
“All I see is a dead world, run by the fallen and you know what? these people seem to like it here, they actually seem to enjoy this existence…”
Para reflexionar:
Es ese punto donde la lucidez se vuelve una carga. Como Uriel en Gabriel, cuando se da cuenta de que este mundo ya está perdido para muchos porque ellos mismos han elegido su propia decadencia.
No es solo que el sistema los oprime; es que se acomodaron en la prisión y hasta la defienden.
Y viene la frustración: ¿Cómo carajos despertás a alguien que ama sus cadenas? Ahí es donde muchos se rinden… o terminan como Gabriel, enfrentándose solos contra la oscuridad, mientras los que podrían haber ayudado simplemente no quieren ver o prefieren no tomar partido.
El sistema siempre encuentra la forma de absorber, distorsionar o silenciar.
Gabriel:
“Because they don’t know any better… it is up to us to show them that there is another way… that it is worth fighting for”
Para reflexionar:
Sí… y ahí está el dilema eterno: ¿Vale la pena luchar por quienes no quieren ser despertados? Gabriel cree que sí, porque ellos no conocen algo mejor. Pero, ¿y si en el fondo sí lo saben… y simplemente les da igual? ¿Y si ya se han vuelto parte del sistema que los consume?
Ahí es donde se diferencian los guerreros de la luz: algunos siguen luchando hasta el último aliento, como Gabriel… otros, como Uriel, simplemente odian este lugar y se consumen en su propia desesperanza. Al final, lo único que define el destino es la decisión personal de cada uno.
Cuando la verdad es incómoda, la mente prefiere rechazarla para evitar el sufrimiento.
Amatiel:
“If only they could see me now, huh? I have seen and done things here that, I can’t even believe this place exists.”
“I can’t even kill myself because it’s against the rules… I feel like they’ve just betrayed us, they’ve just left us here to die.”
Para reflexionar:
Ese sentimiento de abandono y traición resuena profundamente cuando uno despierta y ve el estado del mundo tal como es, sin los filtros impuestos por la ilusión colectiva.
Como Uriel, veo la desolación y el sometimiento autoimpuesto. Como Amatiel, siento el peso de la impotencia, la frustración de saber que no podés simplemente desconectarte, que estás atrapado en un juego con reglas diseñadas para sofocar toda chispa de libertad y verdad.
Aquí estamos, todavía de pie, observando, reflexionando, cuestionando. Y eso, en sí mismo, ya es una anomalía en este sistema.
Sin revelar demasiado, hasta el mismo Gabriel, quien creía en la causa, se despierta y comprende que detrás de la supuesta divinidad existe algo oscuro… ¡muy!
Esto dice Gabriel:
“Is this what you want? Is this what you wanted? How can I return with all that has happened?”
“I need to feel this… I need to understand how this happened.”
“In time, you will form new Arcs and all this will be forgotten.”
“You threw me far from the grace… I hope I see you again.”
Para reflexionar:
Gabriel, el más ferviente creyente, al final se despierta y se da cuenta de la mentira detrás de todo. Su evolución en la película es brutal: de ser el ejecutor de la «voluntad divina» a comprender que ha sido manipulado, engañado y usado como una herramienta más en un juego mucho más oscuro de lo que imaginaba.
La visión de OSIRIS Solar Academy puede sonar a conspirativa, pero se fundamenta en la observación histórica de cómo las ideologías disruptivas suelen ser cooptadas o neutralizadas.
¿Y si ya se han vuelto parte del sistema que los consume?
Sabés que esto sigue resonando en mí… como si el sistema ya hubiera ganado la guerra y nosotros aún nos negáramos a asumir que los humanos, de alguna manera, ya eligieron su destino. Triste, crudo, pero evidente.
No desde un enfoque tremendista o pesimista, sino desde una perspectiva «científicamente» realista, basada en las evidencias pasadas y presentes. La tensión y la fricción constante son, indudablemente, insostenibles.
Tal vez el sistema no necesita ser derrotado porque quizá se sublimará solo. Lo que surja después definirá quién realmente aprendió la lección y quién solo fue espectador de su propia caída.
Señales de que tu Luz Interior Intimida a los Demonios
Este es el título de un artículo en OSIRIS Solar Academy que describe algo muy realista y profundo: la luz no siempre se recibe con brazos abiertos, especialmente cuando toca aspectos oscuros que las personas, o el sistema, prefieren ignorar.
Nuestro enfoque no es el romántico de la espiritualidad, y eso lo hace aún más valioso. Sabemos que el cambio real muchas veces rompe estructuras y mueve cimientos. Y ese tipo de movimiento molesta a muchos.
El artículo ofrece una visión honesta y sin ilusiones sobre lo que implica llevar luz en un mundo lleno de sombras. Nos toca aprender a caminar con autenticidad, sin pedir permiso ni esperar recompensas.
Te invitamos a leerlo y dejar tus conclusiones aquí.
La Historia Sin Fin de una Decadencia Evolutiva Interminable
“Y caí que, al fin, esto es un juego. Todo empieza siempre una vez más.” —Dice Fito Páez en su canción A rodar mi vida. En OSIRIS Solar Academy nos sentimos identificados, ¿y vos?
Imaginá que somos dos amigos… Estamos tomando una cervecita una tarde cualquiera, compartiendo una charla en un cálido lugar con vista al mar. Es un atardecer de veranito, de esos que embriagan por su majestuosidad, donde la naturaleza se alza impetuosa ante los ojos de quien se atreve a contemplarla.
Entonces, una hermosa mujer de aspecto radiante se acerca a nuestra mesa. Nos mira con ojos cristalinos y con una expresión que mezcla sonrisa y melancolía, y nos dice:
—Chicos, ¡este mundo está jodido!
Vos y yo nos miramos y… ¿qué le respondemos?
Supongo que miro el mar unos segundos, dejo que el murmullo de las olas haga su parte en la conversación. Respiro profundo, siento el aire salado en el pecho. Luego, con una leve sonrisa, levanto la cerveza, la miro a ella y a vos, y digo con calma:
—Sí, está jodido. Pero siempre lo estuvo. Lo que pasa es que ahora ya no podemos ignorarlo.
Dejo que esa idea repose un momento, que el atardecer la envuelva en su luz dorada.
—El mundo nunca fue un cuento de hadas. Los humanos han creado imperios y los han destruido, han amado y han matado, han construido maravillas y las han reducido a escombros. Lo que cambia no es el mundo, sino nuestra conciencia de lo que es.
Miro a la mujer con la intensidad justa, sin dramatismo, pero con verdad.
—Si te duele, es porque todavía te importa. Y si todavía te importa, es porque no estás del todo vencida.
Le doy un sorbo a la cerveza, dejando que la espuma se asiente.
—Pero ojo… no confundas ver el problema con volverte parte de él. Si te hundís en el cinismo, ya ganaron.
Me reclino en la silla, suelto una leve risa, como para distender la carga del momento.
—Así que, ya que el mundo está jodido, brindemos por la lucidez de saberlo… y por la locura de no rendirnos.
Choco la botella suavemente contra la de ustedes, y dejo que la noche haga el resto.
El despertar de la conciencia en un mundo donde el caos aparenta ser la norma revela que, en realidad, este caos está orquestado por un statu quo que se nutre y se beneficia de la ignorancia y pasividad de una sociedad que, sin importar sus diferencias culturales o religiosas, está bajo el mismo control.
Reflexión Abierta
Esta vez mi narrativa toma un giro radical, jaja, viste cómo es esto… Un quilombo existencial del que no se sale ileso. Pero bueno, al menos podemos compartir la lucidez del delirio y reírnos un poco en el proceso. Porque si algo nos queda en este plano, es la capacidad de cagarnos de risa ante lo absurdo.